Un niño en Cristo

Escrito por el 21/03/2019

La prolongada infancia espiritual constituye un gran peligro para cualquier creyente.

Pues aunque ya debieran ser maestros, otra vez tienen necesidad de que alguien les enseñe los principios elementales de los oráculos (las palabras) de Dios, y han llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido. Porque todo el que toma sólo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. (He.5:12-13)

Una meta importante para todo creyente es madurar espiritualmente. Sin embargo, así como la Escritura recalca la importancia de que seamos maduros también nos advierte del peligro de permanecer como niños en Cristo. Es lo que yo llamo “la prolongada infancia espiritual”.

La prolongada infancia espiritual constituye un gran peligro para cualquier creyente. Ahora bien, el deseo de Dios es que sus hijos lleguen a la plena madurez en lugar de permanecer como “niños”. La carta a los hebreos fue dirigida a gente que estaba corriendo un grave peligro espiritual. Había un mensaje que podía haberlos ayudado pero su inmadurez impedía que lo recibieran.

Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír (He.5:11)

Ellos “se hicieron tardos para oír” al parecer no estaban haciendo un uso adecuado de la Palabra, no tenían los sentidos “ejercitados” para comprender lo que estaba bien o lo que estaba mal, es decir “eran niños, tenían necesidad de leche”(He.5:12)

 ¿Cuáles son las características de un niño en Cristo?

  1. Los niños en Cristo sufren de falta de concentración.

 Todo docente que trabaja con niños sabe que estos no pueden centrar su atención por mucho tiempo en una sola cosa; hay que hacerle muchas actividades en un tiempo corto porque no pueden, ni tienen la capacidad de mantener la atención.

A los niños en Cristo les sucede exactamente lo mismo, a estos les fascina el activismo, el entretenimiento y se les hace difícil sacar tiempo para actividades netamente espirituales. Y debo decir en este punto que la falta de concentración no es un problema intelectual, es la condición del corazón lo que cuenta.

  1. Un niño en Cristo manifiesta falta de interés en la enseñanza Escritural sólida

 Si colocamos delante de un niño un helado y una comida alimenticia, es seguro que el niño escogerá el helado, ¿por qué? porque eso es lo que atrae al niño. A los niños les atraen los dulces no lo que realmente los alimenta.

Y lo mismo ocurre con un niño en Cristo, él está más interesado en las curiosidades espirituales que en aquellas cosas que contribuyen a su crecimiento espiritual.

  1. Los niños en Cristo carecen de discernimiento.

 “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. ’’ (He.5:14)

 El niño en Cristo siempre está preguntando “¿Y qué tiene eso de malo?’’ El no puede discernir el bien del mal, y lo que es peor, él no puede discernir entre lo bueno y lo mejor.

De acuerdo con este pasaje el creyente maduro es aquel que no solo tiene la capacidad de ‘ingerir alimento sólido”, sino también que por el uso de esos instintos escriturales tiene ‘’los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal. ’’

 Para identificar a un creyente maduro no solo debemos ver que tanto conocimiento tiene de la Escritura sino que tanto se aplica él a su vida la Escritura que conoce.

Al que es un niño en Cristo le fascina aplicar los principios espirituales a los otros, siempre está dándole la receta a los demás, pero cuando tiene que tratar su propia enfermedad, se lleva de lo que dicen sus emociones, sus sentidos y las circunstancias, el no es capaz de aplicarse esos principios a su propia vida, porque no tiene discernimiento.

  1. Los niños en Cristo manifiestan una actitud egocéntrica.

 Todo el que trabaja con niños conoce muy bien esa naturaleza egoísta de ellos, y no solo egoísta sino también egocéntrica. El niño desea que todo el mundo gire alrededor de él y de sus caprichos y por supuesto, eso lo lleva a despreocuparse de los demás.

¿Cuál es el tema favorito de su conversación? – ¡Él!

¿Queremos identificar a un niño en Cristo? Siempre está hablando de sus problemas, de sus metas, de sus planes, de su enfermedad, siempre está hablando de él, siempre quiere que todo el mundo gire alrededor él, pretende ser ‘’el centro del universo’’.

Todo esto debería llevarnos a evaluarnos a nosotros mismos y a preguntarnos:

¿Estoy yo manifestando algunas de estas cosas que son típicas de un niño en Cristo??, ¿Estoy yo en este momento a la altura que debo estar dado el tiempo que tengo de convertido?, ¿Cómo te evaluarían los hermanos que te conocen a la luz de esto que acabamos de decir en este artículo?

Escrito por:

Félix Monegro, director de producción de Radio Eternidad y productor del programa “La Ventana 990”


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