Jesús, la Palabra de Dios que da vida.

Sus palabras tienen el poder de crear cualquier cosa que esas palabras digan, incluyendo el perdón de pecados.

En la creación relatada en Génesis, Dios, a través de la Palabra (Jn.1:1-3) dijo: “sea la vida” (ver Gen.2:7). Dios creó nuestra identidad en Él, y luego nos dio sus dones y las reglas que rigen el mundo; y aún después de la Caída, por Su Gracia, Dios re-crea al hombre en Cristo a través de su plan redentor para salvarnos, sin nosotros merecerlo, pedirlo o intervenir en el proceso. Lo único que contribuimos en la salvación es el pecado que la hace necesaria.

Toda realidad parte de la Palabra de Dios. Dios dice, y es hecho. Habló el Creador, “y fue así” (Gn.1:7,9,11,15,24,30). El Señor Jesucristo dijo a sus discípulos: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Jn.6:63).

Jesús, como el Verbo de Dios, como la Palabra hecha carne, nos recordó que Sus palabras tienen el poder de crear cualquier cosa que esas palabras digan, incluyendo el perdón de pecados.

Por lo tanto, hay una conexión entre las palabras de Jesús y el hálito de vida del Espíritu de Dios soplando al barro inerte para crear vida (Sal.104:29). Cuando el Creador formó al primer hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, fue hecho Adán alma viviente (Gn.2:7; 1Co.15:45).

Pero ahora Jesús, el postrer Adán que ha resucitado de los muertos como primicias de los que durmieron, el principal de la nueva creación, sopla el mismo espíritu vivificante sobre pecadores muertos en sus delitos y pecados, para que vivamos y andemos en novedad de vida al impartirnos su gracia vivificante y su justicia salvadora.

Dios nos regenera, nos justifica y nos santifica tan solo con decretarlo en Su Palabra; tan sólo con decirlo, ya ha sido hecho. No somos justos ni santos en virtud de nuestra determinación, sino en virtud de lo que Dios dice. Confiemos, pues, en la Palabra, Jesús, el cual da vida a los muertos y llama las cosas que no son, como si fuesen (Ro.4:17).

Escrito por:

Pastor Arturo Perez, panelista del programa: “La ventana 990” que se transmite por nuestra emisora.